Sinopsis:
Milagros es una chica huérfana; simpática, rebelde, irreverente y extrovertida, pero tiene su lado tierno
y también sabe soñar. Desde niña le fascina el fútbol y lo juega bien, al grado que, en el convento donde se crió, la llamaban
Miligol. A los 18 años debe dejar el convento y encuentra trabajo como dama de compañía de Regina Belmonte, la matriarca de
una familia de sociedad. Regina simpatiza con Milagros de inmediato, pero el resto de la familia no soporta su carácter desenfadado
y sus malos modales.
El hijo de los Belmonte, Alejandro, es un típico muchacho rico que huye a los compromisos y está acostumbrado
a que ninguna mujer se le resista. Se siente intrigado por Milagros, porque ella lo considera un patán insoportable, y su
manera de ser franca y auténtica termina cautivándolo. Poco a poco, entre pleitos y discusiones, los dos se van enamorando,
aunque Milagros se resiste a aceptarlo porque Alejandro tiene fama de mujeriego y ella teme ser abandonada como su madre.
Además, Alejandro esta comprometido oficialmente con Andrea.
Constancio Belmonte, el hijo de Regina, detesta a su familia y no se preocupa en ocultarlo, especialmente
a su esposa Luciana, porque su padre lo obligó a casarse con ella, separándolo de Rosario, el amor de su vida, quien esperaba
un hijo de él, pero desapareció sin dejar rastro. Desde entonces, Constancio no se preocupó por el paradero de su hijo; sin
embargo, Regina no ha dejado de buscar a su nieto.
Cuando finalmente Alejandro y Milagros se confiesan su amor, deben enfrentar la oposición de la familia,
pero sobre todo de Andrea, una mujer ambiciosa que se hizo novia de Alejandro para asegurar su futuro, pero también es amante
de Constancio. Andrea convence a Hugo, el primo de Alejandro, para que la ayude a separarlos. Hugo acepta porque está enamorado
de Milagros, y su campaña de venenosas mentiras tiene éxito. Milagros acepta casarse con Hugo, pero el día de la boda, Alejandro
la rapta y se la lleva a una cabaña. Convencida de que es él a quien ama, Milagros vuelve con Alejandro a la casa. Están decididos
a defender su amor, sin saber que les espera un golpe terrible. Regina ha descubierto que Milagros es la hija perdida de Constancio.
Milagros y Alejandro se separan con el corazón destrozado, decididos a no volverse a ver. Mientras tanto, Constancio y Luciana,
por temor a perder su prestigio y su posición social, callan. Porque Milagros es hija de Constancio, pero Alejandro no.
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